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Aprender de Otros: Nuno Goucha – Una Historia de Reinvención

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Hay historias que te enseñan que reinventarse no es algo excepcional, sino algo que hacemos a lo largo de nuestras vidas para seguir avanzando. Por eso, entrevisté a Nuno Goucha y aquí cuento su historia. Todo un caso de reinvención.

Él es una persona como cualquiera de nosotros, pero es un ejemplo de reinvención y de saber adaptarse a las situaciones de la vida.  Nuno es un portugués asentando en Madrid que, de ser bailarín de ballet clásico, se reinventó para dedicarse a algo tan diferente como el marketing de gran consumo. Para después reinventarse otra vez por medio del emprendimiento con su Restaurant Atlantik Corner.  Hoy su restaurante tiene el reconocimiento de Bib Gourmand de la guía Michelin.

Su historia nos sirve para entender este concepto tan teórico e intangible que es la reinvención.  Nos ayuda a aprender a través de sus experiencias el valor de la perseverancia, de vencer los miedos y a entender que los obstáculos pueden ser superados. Aquí escribo sus palabras y entrelazo sus experiencias con los momentos y retos que todos pasamos en un proceso de reinvención.

El Camino que Llevó a la Reinvención

La mayoría de nosotros tenemos que empezar nuestro camino con la elección de a qué queremos dedicarnos.  En Portugal, Nuno comienza con una decisión entre dos vocaciones muy distintas:

«Yo hago un examen de admisión a la escuela de enfermería y a la vez hago una audición para la Compañía Nacional de Ballet, y he sido admitido en las dos. Uno era el empleo seguro. En la otra entraba como preprofesional y no me garantizaban que pudiera pasar a profesional.  Yo decidí por la del corazón. La otra me gustaba, pero era una decisión más bien de seguridad. Entonces decidí ser bailarín«.

«Hago un camino que dura 8 años y empiezo a ver que no voy a progresar más. La vida de un bailarín no se prolonga más de los 35 años, es como un futbolista, como un deportista de élite.  Entonces, empecé a inquietarme con esa perspectiva».

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Foto de la Companhia Nacional de Bailado

1. Un nuevo camino por recorrer

La primera prueba de reinvención es cuando nos damos cuenta de que algo no funciona bien y ves las limitaciones. Tienes que hacer algo para solucionarlas. Así lo vivió él:

«En mi cabeza se empezó a formar la posibilidad de ir a estudiar.  Yo era funcionario público. Trabajas para el Estado como bailarín hasta los 65 años. De los 35 a los 65 estás inoperativo, pero sigues recibiendo un sueldo.  Entonces, me acerqué a la administración de la Ópera de São Carlos y les propuse: “yo voy a estar aquí de los 35 a los 65, probablemente siendo muy poco operativo y me tenéis que pagar un sueldo durante 30 años.  Yo lo que os propongo es: rescíndeme el contrato y a cambio me pagáis los estudios en una universidad de Inglaterra”. Y lo aceptaron. Me pagaron un sueldo durante 4 años y el fee de la universidad».

«Y me fui a la universidad a hacer una Licenciatura en Artes, con un componente en Marketing y Administración.   Me fui a Inglaterra a estudiar con 27 años, con chicos de 18.  Estuve ahí 4 años. Volví a Portugal y estuve 2 años intentando encontrar un trabajo. No conseguí trabajar en lo que quería, que era para la Ópera, la Compañía Nacional de Ballet o cualquier entidad cultural».

No siempre nuestros planes marchan como esperamos. Por eso, hay que aprender a ser flexibles y hacer sacrificios.

«En un momento dado cuando vuelvo de Inglaterra, me planteo trabajar gratis para demostrar que sé hacer cosas. Un amigo mío que es el director de un festival de danza, me invita a trabajar con él. Yo hago todo el trabajo de marketing, patrocinios, organización del evento. Hago un montón de cosas, trabajo 6 meses y gano dos, pero era para demostrar que podía hacerlo».

«… Y por fin conseguí un empleo trabajando para Cuétara en Portugal, en Marketing. Eso ha sido otro punto de inflexión importante en mi vida, porque dejé el mundo de las artes y pasé a un mundo empresarial que era completamente desconocido para mí. Empecé desde cero. Tarde 10 años en recuperar el nivel de sueldo que tenía cuando bailaba.  Tenía 35 años y empecé como becario, era el becario mayor de la empresa. Ahí estuve trabajando 15 años».

2. La edad: un punto de inflexión en la vida

Hay varias etapas en la que la reinvención se hace necesaria, aunque una de las más comunes es en la madurez. El avance de la edad es un factor que a nivel profesional nos enfrenta con la realidad y nos obliga a reinventarnos o actualizarnos. No sólo se lucha contra falsas creencias sobre la capacidad de trabajo, sino con los costes que supone esa experiencia para las empresas.

«Y llego a los 50, y entro en esta edad peligrosa en que las compañías suelen descartar a la gente con esas edades, porque somos muy mayores para trabajar y muy jóvenes para jubilar. En ese momento he tomado otra decisión importante, que es emprender».

«Hay un 90% de la población que tiene este sueño romántico de montar un chiringuito. La duda que tenía era “será que yo seré uno de esos que sueñan montar un chiringuito y cuando se ven con la realidad van a maldecir su decisión”. Después de tres años, he descubierto que efectivamente me gusta muchísimo este negocio (Atlantik Corner). Seguimos tres años funcionando y tenemos el reconocimiento Bib Gourmand de la guía Michelin. En Madrid hay 13.000 restaurantes aproximadamente y hay 12 Bib Gourmand. Eso nos llena de orgullo».

Las señales que avisan y detonan el cambio

Aprender a detectar las señales para cambiar requiere atención y reflexión. Existen muchos detonantes que nos impulsan a tomar decisiones y actualizarnos. Los que impulsaron a Nuno como bailarín son frecuentes, pero no fáciles de asumir.

«El detonante es que estaba estancado, me sentía que no iba a progresar más dentro de la compañía.  Entonces, busqué una alternativa para seguir progresando. En unas vacaciones en Grecia, conocí a un inglés y él me dijo: “te voy a poner en contacto con la directora de la Universidad de Surrey, que tiene una licenciatura en danza y te va a poder ayudar”. A través de este señor, empiezo un contacto con esta directora. Eso fue un proceso un poco largo, porque tuve que negociar con la universidad y con la ópera».

Universidad de Surrey

En otra etapa diferente, cuando trabajó en Marketing de gran consumo, los detonantes tenían otro matiz. Los ajenos a nuestra voluntad, relacionadas con la situación económica y empresarial:

«“Estoy harto de trabajar para otros”.  Ya estaba pensando en eso antes de que llegara el momento de salir de la empresa. Me despidieron en febrero de 2013 y yo en agosto del 2012, había dicho a mi mujer: “prepárate que el próximo año en febrero me van a despedir”. Las cuentas eran sencillas, estaban despidiendo gente, la empresa iba mal, no tenían más presupuesto ese año para despedir, pero al inicio del año siguiente con nuevo presupuesto sí».

«Esta última decisión en mi vida (emprender) ha sido muy motivada por una situación que me vino. Si no me hubieran despedido, yo probablemente seguiría ahí, pero gracias a Dios me despidieron. Cuando me despidieron estaba preparado para ello».

Empezar con una motivación: me gusta y soy bueno en ello

Una de las cosas más importantes para encontrar el camino correcto hacía la reinvención es la motivación.  La tarea es encontrar algo en lo que podamos combinar nuestros conocimientos y fortalezas con lo que nos gusta hacer. 

Nuno también pasó por esa búsqueda. Mientras seguía siendo bailarín, comenzó a pensar qué hacer:

«Una de las cosas que más me motivaba es que a mí me gusta construir cosas, aprender, desarrollarme profesionalmente y personalmente. Llegó un momento en el ballet que sabía que no iba a aprender más, que no iba a tener oportunidades de progresar. A no ser que me fuera a formar, a reciclarme profesionalmente y volver al ballet, pero haciendo algo diferente. Por ejemplo, siendo un gestor de marketing en la compañía donde yo he bailado. Ese era mi primer planteamiento».

En otra etapa de su vida, ese proceso de búsqueda lo condujo a su tercera etapa profesional: la de emprender en restauración.

«Yo ya me estaba haciendo la pregunta ¿qué quieres hacer con tu vida? Mi primera conclusión fue que no voy a trabajar nunca más para nadie. Si estás en ese punto ¿qué vas a hacer con tu vida? Suena a cliché, pero es así ¿qué te hace feliz?»

«Hay gente que para relajarse el fin de semana se dedica a la jardinería. Yo me dedicaba a organizar cenas en mi casa. Eso me relajaba muchísimo, había aquí un ritual que me daba un placer tremendo. Y empecé a pensar: “si te gusta hacer eso ¿por qué no lo haces profesionalmente?” Fue ahí que tuve la idea, pero yo nunca fui cocinero, ni camarero, yo soy un gestor. Entonces “¿qué hago? tengo que saber de qué va este negocio”, porque yo no soy capaz de meterme en algo sin tener el mínimo de información para sentirme seguro».

«Me di cuenta que en el Basque Culinary Center había un Máster de Gestión e Innovación de Restaurantes y me inscribí. La motivación otra vez, aprender«.

Basque Culinary Centre -Autor: C D _Fr. CC licensing- https://www.flickr.com/photos/cd_fr/

Los obstáculos al intentar cambiar

El camino hacia la reinvención no es fácil. Tenemos que luchar contra barreras de toda índole, tanto internas como externas, pero si las superas la recompensa merece la pena.

1. Barreras externas: nuestras circunstancias

«El primer obstáculo fue la resistencia de mi familia cuando dije que quería ser bailarín en vez de enfermero. Me comentaban cosas horribles: que eso es una banda de saltimbancos, que eso no es vida, que no se puede ganar dinero.  Eso es una presión tremenda en un joven de 19 años que decide irse a Lisboa solo. En ese momento, más por orgullo que por otra cosa he mantenido mi posición».

A partir de las cosas más cotidianas como la comunicación, aparecen otras barreras. Sin embargo, no son infranqueables, sólo obstáculos que se superan con dedicación y esfuerzo.

«Para ir a Inglaterra, ha habido una barrera muy importante que es la lengua. Yo pensaba que controlaba el idioma y cuando empecé a hablar inglés con los ingleses, me miraban y decían: “y este ¿qué idioma habla?” Con el agravante que no sabía escribir. Imagínate, te vas a una universidad en donde hay que escribir».

«A raíz de eso, he aprendido una lección muy importante en mi vida. El día que me mandaron a hacer el primer essay, paso una noche mirando una página en blanco porque no sabía cómo escribirlo.  Al día siguiente, le digo a nuestra tutora: “Me he equivocado, no puedo con esto, esto me viene grande” y ese día me ha contestado algo que me quedó para el resto de mi vida. “No te voy a permitir desistir, por encima de mi cadáver vas a desistir. Tú me dices lo que necesitas y nosotros te ayudaremos”. Me han puesto un profesor de inglés. Mis primeros exámenes los reprobé todos. No me dieron un trato de favores, pero si me dijeron: vas a trabajar y dentro de unos meses vas controlándolo y ya veremos. Y terminé el curso».

«Hay siempre una barrera u otra que están allí constantemente. Si tú no desistes, lo logras y esa fue la gran misión que esa señora me ha dado».

2. Barreras Internas: un Producto de nuestros Miedos.

Las barreras internas son las más difíciles de superar, porque luchamos contra nosotros mismos. Son producto de lo que pensamos y de nuestras inseguridades. Al preguntarle a Nuno cuáles fueron sus barreras, comentó:

«Hombre, los miedos. Yo tenía el miedo de irme a Lisboa a esta compañía donde me habían dicho que no era seguro que pudiera pasar a profesional».

«Luego el miedo de irme a Inglaterra a estudiar, después de 8 años o más sin estudiar y sin controlar el idioma. Había firmado un contrato con la ópera de recisión del contrato de nivel profesional que decía que me pagaban, pero si yo perdía un año, perdía el derecho a recibir dinero y tenía que reponer lo que habían gastado.  Imagínate el miedo. El pánico era que me hubiera sobrevalorado. La suerte es que he tenido una persona que ha dicho: vas a poder y al final puedes».

«También cuando me dicen en la empresa: vente para España. Es un cambio radical en tu vida, cambiar de país, tienes 2 hijos y una mujer que trabaja en Portugal. Yo he estado aquí dos años solo hasta que ella pudiera organizarse para venir con la familia».

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Muchas veces queremos tirar la toalla, pero como Nuno ha demostrado, se supera:

«Una de las noches que he pasado peor en mi vida, fue la noche anterior a firmar el contrato de alquiler del restaurante. Yo había hecho todo ya, tenía la financiación, el espacio, el proyecto, una persona contratada, pero en esa noche me entró un pánico, que ya no es miedo, es pánico. “¿Y si esto no funciona? estoy aquí poniendo todo lo que tengo en un proyecto que no sé si va a funcionar”. No puedo desistir ahora. Esa era la palabra clave en mi vida».

«Las peores barreras siempre vienen de dentro de ti, porque te frenas, porque el cerebro te da siempre excelentes excusas para no hacerlo, muchas más que para hacerlo. Eso es algo que tienes que aprender a gestionar y relativizar. Yo no estoy libre de que me vaya mal, pero he aprendido tanto que es increíble».

Aprendizajes durante el trayecto de la reinvención

El sentido que tiene contar la historia de otra persona es extraer de sus experiencias aprendizajes y reflexiones para aplicar a nuestras vidas.  Aquí encontramos una enseñanza sobre perseverancia y consejos para aplicar en cualquier etapa vital de nuestras vidas.

1. Cambiar a partir de los conocimientos adquiridos

«Un amigo que es un gran especialista en Recursos Humanos, me decía: “Hay una cosa muy importante para dirigir una carrera, que es construir sobre un patrimonio de conocimiento adquirido. En todas las decisiones que tomas, tienes que tener en cuenta lo que ya sabes, y cómo eso te puede aportar para seguir progresando” No empezar de cero. Empezar de cero es demasiado duro».

2. Aprender a pensar

«En una de las primeras clases en la universidad, nuestra tutora nos manda a hacer un essay. Yo nunca había hecho essays. Nos da una lista de libros y nos dice, quiero una redacción de 1500 palabras sobre este tema. Yo lo que hice fue copy paste y algunas palabritas mías. Cuando me piden leer mi essay, al final de 2 minutos me dice: “¿me vas a contar algo de tu perspectiva? es que para contarme algo que está escrito en los libros, esos ya los he leído”». 

«Me encontré con ese choque cultural de la escuela portuguesa con lo que es la inglesa, que es: no quiero que me cuentes lo que está en los libros, quiero que me cuentes tu versión de lo que leíste. “Somos 25 en esta clase y aunque vosotros leéis los mismos libros, voy a tener 25 versiones. Eso es muy interesante porque me vais a contar lo que es importante para vosotros de acuerdo con vuestra experiencia de vida, perspectivas, creencias, y es lo que motiva un debate en la clase«».

«Ese día se me abrió la cabeza y es en ese sentido, que te digo que me enseñaron a pensar«.

3. Planificar y prepararse

«No ha habido tanta planificación como se nota en esta conversación. No siempre ha sido así. Por ejemplo, cuando fui a Inglaterra mi primer planteamiento era ser “Dance therapist” porque pensaba que era algo relacionado con fisioterapia, para ayudar con las lesiones. Cuando llegué, descubrí que tenía que ver con trabajar con personas con discapacidades. Allí ya tuve que cambiar. Entonces, de las 7 áreas profesionales yo digo, pues Marketing y Administración.  Esto es para darte un ejemplo de la falta de planificación que ha habido».

Sin embargo, en otros momentos si hubo planificación y le ayudó a lograr parte de sus objetivos. No sólo por darle perspectiva y estructura, sino por reforzar su capacidad y seguridad para continuar.

«La verdad es que, mirando atrás, hubiera sido una locura montar un restaurante sin haber pasado previamente por ahí (Basque Culinary Center). Aprendí mogollón durante un año y voy confirmado que mi decisión era la correcta. Conocí muchísima gente y me dio mucha seguridad para avanzar y un año después estaba abriendo el restaurante».

4. Ser flexibles y aprender a escuchar

«Tienes que ser flexible. Una idea cuando la tienes y tienes la suerte de ejecutarla – porque lo difícil no es tener ideas, sino ejecutarlas – tienes que tener claro que esa idea puede cambiar en el tiempo. Si eres inflexible, a lo mejor terminarás inviabilizando el proyecto».

«Hay que estar preparado para escuchar a la gente que sabe más que tú, compartir con esas personas tus experiencias, recelos e inquietudes. Compartir con la gente siempre te aporta algo y puedes sacar cosas buenas.  Cuando abrí el restaurante, tenía como idea un restaurante de comida portuguesa. Mi restaurante no es de comida portuguesa, es de comida atlántica. Ha habido una evolución de mi idea inicial, porque he hablado con mucha gente y en un momento dado, vi que el concepto atlántico tenía mucho más acogida, era más interesante y diferente».  

«Tiene que haber un grado de preparación y un grado de planificación, principalmente en esta fase de montar un negocio. Yo he dedicado un año a prepararlo y planificarlo. Es importante planificar, pero siempre preparado para decir en un momento dado esto no y esto sí».

5. No tener miedo a cambiar, no quedarse inmóviles

«Estar parado en un lugar, en una profesión es lo peor que hay. Bajo mi perspectiva no es bueno. Hay un cambio muy grande de mentalidad entre mi generación y las que vienen detrás. Yo vengo de una generación y de un país en el que todavía no habíamos asimilado esa cosa de cambiar, que está bien cambiar. De hecho, yo estuve 8 años bailando, 15 años trabajando para una empresa multinacional, y ahora llevo 3 años con el restaurante».

«Yo estoy todavía prisionero de una mentalidad de no cambiar mucho. Curiosamente, hoy estando donde estoy, mirando atrás me digo: “pues tendría que haber cambiado más”. No hablo de muchos cambios, pero si, un par de cambios más hubiera sido interesante».

6. Aprovechar las oportunidades

«La vida luego te pone las cosas diferentes y no siempre funciona como tú quieres. Yo no creo en la suerte, pero la suerte existe. El tema de no creer en la suerte, es porque uno tiene que estar preparado para aprovechar esa oportunidad que el destino te da. La suerte existe si estás preparado para ella«.

¿Cuántas veces hemos pasado por situaciones similares? ¿Te identificas con su historia?